De poco o nada sirve comunicar sin un contenido de peso que evidencie un resultado concreto. En Chile, estamos acostumbrados a reinventarnos y dar cuenta de nuestra gestión constantemente, ya que nacimos en tierra de terremotos, volcanes, tsunamis y estallidos sociales que nos obligan a ser flexibles y comenzar de nuevo..
Quizás esta sea la razón detrás de un cierto carácter austero que persigue a los abogados de peso. Suelen moverse en la dualidad de dar a conocer su reputación y ofrecer un servicio de calidad, y la de no querer caer en la superficialidad. El aparecer por aparecer en prensa, es su fantasma. Sin embargo, y a pesar del pudor social, la presencia mediática es relevante. Los clientes buscan expertos que resuelvan sus problemas, y para un abogado, ser referenciado en ciertos medios calificados implica un evidente reconocimiento del mercado.
El origen de marketing legal
El marketing legal debe nacer del establecimiento de una estrategia concreta de posicionamiento de los estudios y tiene como bajada central un plan de comunicación determinado y consistente. Los medios, las redes sociales, la parametrización, el diseño, e incluso la fotografía, deben velar por una coherencia que permita mantener el mensaje alineado a la reputación corporativa de los estudios. De esta manera vemos cómo oficinas tradicionales como Skadden, Baker&Mckenzie o Kirkland han desarrollado una imagen corporativa, un lenguaje o sitios web innovadores.
Todo esto se adecua a una filosofía actual relacionada con conceptos clave para cualquier servicio jurídico, como lo son la calidad, la flexibilidad y el dinamismo de la respuesta al cliente .
Crear un plan de comunicación a medida
Por esta razón la elaboración de un plan de comunicación a medida (on y off-line), debe configurar un mensaje que abarque la comunicación interna, externa, corporativa y la responsabilidad social. La columna vertebral del argumento debe articular un contenido claro, simple, fundado y honesto. Aquí, aplica el principio de “menos es más”. Pero aunque el mensaje sea consistente, es necesario entender lo fundamental que es adaptarse a los tiempos y el rol que juega la innovación en él. Al respecto, LinkedIn es un buen termómetro de cómo los estudios se atreven a generar una línea comunicativa a veces incluso más flexible e innovadora que lo que son quizás sus propios integrantes.
Pero, ¿Qué queremos? ¿Cómo debemos enfrentar estos desafíos? ¿Estamos dispuestos a adaptarnos a nuevos códigos tanto de funcionamiento de los estudios, así como de comunicación jurídica?
Hay muchos ejemplos de flexibilidad e innovación en la industria, pero en el mercado legal valdría la pena leer sobre la fundadora de Paragon Legal, Mae O’Malley. Su rebeldía se materializó en 2006 con la generación de una oficina que, muy en contra de la tendencia en ese momento, decide que el 85% de sus abogados fueran madres de familia con hijos pequeños.
Paragon Legal permitió un trabajo remoto, de horario flexible que incluso podía estar debajo de las 40 horas semanales, lo que atrajo a muchos otros abogados que buscaban conciliar el trabajo legal con una mejor la calidad de vida. La clave estaba en una delicada selección que finalmente decantaba en una excelente forma de trabajar. En 2010, este exitoso estudio de San Francisco, California, tenía clientes como Apple y Google. Hoy, empresas como Yahoo, Facebook, Cisco y Netflix han acudido a Paragon Legal.
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