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Cómo re-imaginar los estudios jurídicos


El 25 de mayo se cumplen 43 años desde el estreno de Star Wars, la épica historia Jedi que nos marcó por generaciones. 

Previo a su estreno, la película recibió críticas demoledoras de varios grandes de la industria hollywoodense, que pensaron que se trataba de una historia infantil. Los espectadores, en cambio, transformaron la saga en una obra de culto por su guión disruptivo y ambiente futurista.


La visión y creatividad de George Lucas (no olvidemos la magnífica música sinfónica de John Williams) dieron vida a un nuevo tipo de héroe que demostraba pensamiento crítico, empatía e inteligencia emocional en medio de ambientes multiculturales y naves que circulaban a la velocidad de la luz.   


La importancia de asumir riesgos

Sin duda, Lucasfilm Limited tomó un riesgo que posicionó su creación entre las grandes de la historia del cine. Guardando las proporciones y contra todo prejuicio, en la industria legal también encontramos que muchas firmas han asumido riesgos cuando hablamos de diseño, comunicaciones, posicionamiento de marca y marketing legal. Hay innumerables ejemplos de despachos tradicionales del mundo, como Clifford Chance, Skadden, Cuatrecasas o  Baker McKenzie, que se han atrevido a innovar en la forma de mostrar sus servicios.

Quizás entendieron que hay nuevos consensos respecto de los cuales el mundo legal no queda ajeno. Hoy privilegiamos la innovación, el emprendimiento, el rol de la mujer, las polític


as inclusivas, multiculturales, pero sobre eso, la capacidad de  adaptarse: la resiliencia. Las prácticas legales, en tanto, demandan personas autónomas, perseverantes y cada vez más tecnológicas; los clientes, por su parte,  buscan en los estudios un servicio ágil y  que le de satisfacción continua.


La innovación como oportunidad

Así como Star Wars a fines de los setenta significó una innovación respecto de lo establecido, hay que aprovechar el contexto actual para asumir el liderazgo de tendencias evidentes. En estos tiempos lentos, vale entonces la pena revisar las prácticas de los negocios que ya se vislumbran en otras industrias, aprovechando  de manera creativa oportunidades que se descuelgan del Covid-19. 

La clave para un despegue en modo Star Wars es ser proactivos, estratégicos, y atreverse.  Las acciones que hoy adopten los estudios jurídicos ayudarán a un aterrizaje rápido, pero suave, en el mediano y largo plazo. Una acción indispensable es acortar las brechas. Por ejemplo, generacionales y de género.

Varias publicaciones lo han hecho presente en sus evaluaciones del mercado jurídico chileno: un porcentaje ínfimo de mujeres son socias y en numerosas oficinas de la plaza son incluso escasas las abogadas asociadas. Agreguemos que falta diversidad: por ejemplo, mezclar en los equipos a gente joven y no tanto, que haya trabajado en fiscalías de industrias diversas, en el Poder Judicial, en otros países, o sean de otras profesiones, tal como lo hacen las grandes consultoras.


El recorrido a seguir

En materia de tecnología hay que empujar firmemente la adopción de software que ayuden a manejar la administración de los estudios, su cobranza, el brainstorming de equipos especializados, el manejo de procesos con metodologías Agile, Scrum o Kanban.

Y, en cuanto a comunicaciones legales, falta manejar las redes sociales para entregar contenidos acompañados de una imagen gráfica atractiva — la que a estas alturas no tiene espacios para una tipografía Times New Roman en modo justificado.  

En el entorno actual, hay que andar por senderos no recorridos, lo que impone mapas inéditos.  Trabajemos desde ya en adaptarnos a las nuevas rutas cuanto antes y con energía. Si aprovechamos esta oportunidad, hay más probabilidades de que la “fuerza nos acompañe”.

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